"Alegres de ser parte
de esta obra de Dios"
Compartimos el testimonio de un joven que está a punto de realizar su Profesión Solemne en las Escuelas Pías. A través de estas palabras, nos invita a conocer su camino vocacional, los momentos decisivos de su formación y los sentimientos que lo acompañan en estos días previos a su profesión.
¿Cuándo comenzaste a sentir la llamada de Dios al sacerdocio?
La llamada vocacional comenzó a resonar con más claridad durante mi último año de secundaria, especialmente a través de los retiros espirituales del colegio. Fue allí donde sentí que Dios tocaba mi corazón de una manera especial, invitándome a seguirlo más de cerca.
¿Cómo han ayudado los sacerdotes y hermanos de las Escuelas Pías en tu crecimiento vocacional?
A lo largo de mi formación, tanto los hermanos como los sacerdotes han sido un sostén fundamental para mi vocación. Me ayudaron a crecer no solo con su ejemplo, sino también a través del estudio y la vida sacramental. La oración comunitaria, la convivencia fraterna y el compartir el día a día con ellos han sido un terreno fértil donde mi vocación se ha afianzado en Dios.
¿Qué enseñanza de San José de Calasanz ha sido más significativa para ti?
Una de las palabras de Calasanz que más llevo en el corazón es su invitación a recibir todo como venido de la mano de Dios. Además, algo que siempre me ha dado paz es lo que encontramos en las Constituciones de la Orden: la certeza de que Dios gobierna el mundo con suavidad.
¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que están discerniendo su vocación o que sienten esta llamada de Dios?
Les diría que no endurezcan el corazón y permitan que Dios les hable y obre en ellos. La clave es la docilidad a su llamada, confiando en que Él no defrauda. Cuando nos abrimos a su plan, descubrimos que todo cobra sentido.
¿Qué sentimientos te acompañan en estos días previos a tu ordenación?
En estos días siento profundamente la bondad de Dios. Saber que mi corazón le pertenece me da mucha paz. Las inquietudes que surgen están en sus manos, y desde ahí me abandono con confianza.
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